En el tercer programa de cine y Derecho en Jelo en verano 2022 (puede escucharse aquí a partir del minuto 12.15) hablamos de lo que diferencia hoy a la inteligencia artificial más avanzada de la condición humana para reflexionar, entre otras cosas, sobre un eventual reconocimiento de personalidad jurídica a las máquinas y los robots en particular, algo sobre lo que se ha venido debatiendo en el ámbito académico pero también, por ejemplo, en el Parlamento Europeo.
En el plano cinematográfico cabe mencionar la conocida película Inteligencia Artificial, del año 2001, dirigida por Steven Spielberg y que se inspiró, en parte, en el relato de ciencia ficción Los superjuguetes duran todo el verano, de Brian Aldiss.
Pues bien, la existencia de empatía emocional se invoca como característica típicamente humana, vinculada a la compasión. Y emulando el famoso test de Turing nos encontramos, primero en la literatura y luego en el cine, con el test Voight-Kampff, también llamado test de empatía, un examen científico-psicológico ficticio que aparece en la novela de ciencia ficción ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, así como en su adaptación cinematográfica Blade Runner, dirigida por Ridley Scott y estrenada en 1982, cuya acción transcurre en el año 2019, año en el que murió uno de los actores -Rutger Hauer- principales. Resulta que en ese futuro 2019 los androides también tienen compasión, como se muestra en esta famosa escena.
Por cierto, el profesor Javier de Lucas escribió un estupendo libro sobre Blade Runner y el papel del Derecho como guardián del tiempo (de la memoria) y de la diferencia (de la identidad).
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