En la cuarta entrega de Cine y derecho en Jelo en verano 2019 (puede descargarse aquí el audio) comentamos la conocida película El crimen de Cuenca, dirigida por Pilar Miró en 1979 e interpretada, en los principales papeles, por Amparo Soler Leal, Héctor Alterio, Daniel Dicento, José Manuel Cervino, Fernando Rey y Mercedes Sampietro. El guión fue obra de Lola Salvador, que había publicado el libro con el mismo título El crimen de Cuenta (Argos Vergara). Ya Ramón J. Sender había publicado, sobre estos mismos hechos, la novela El lugar de un hombre en 1939.
En esta entrada tomamos parte de la información del libro Los procesos célebres seguidos ante el Tribunal Supremo en sus doscientos años de historia. Siglo XX (BOE, 2014, puede descargarse en pdf).
La película se centra en la reconstrucción del proceso al que fueron sometidos León Sánchez y Gregorio Valero por el supuesto homicidio, en 1910, de José María Grimaldos, natural de Tresjuncos (Cuenca), que había desaparecido sin dejar rastro. El juicio oral se celebró el día 25 de mayo de 1918, ante el Tribunal del Jurado y, según el acta, duró siete horas. El jurado, tras deliberar por espacio de media hora, consideró probado que ambos acusados dieron muerte a José María Grimaldos, «en acción conjunta, y provistos de garrote y cuchillo» y la Audiencia Provincial los condenó a 18 años de prisión.
La posterior aparición del “muerto” generó el lógico revuelo social, periodístico y judicial y tras una inspección promovida por el Ministerio de Gracia y Justicia se dictó una orden, el 29 de marzo de 1926, en la que resultaba acreditada la existencia de José María Grimaldos; que había fundamentos bastantes para estimar que la confesión de León Sánchez Gascón y Gregorio Valero Contreras había sido arrancada en el sumario «mediante violencias inusitadas» y que habían existido descuidos e infracciones procesales durante la sustanciación de la causa en el período de juicio oral, que retrasaron injustificadamente su celebración. En consecuencia, la citada Real Orden ordenaba al Fiscal del Tribunal Supremo interponer recurso de revisión contra la sentencia dictada en el procedimiento, así como que por el Ministerio Fiscal se ejercitaran las acciones procedentes contra quienes resultaran responsables de las violencias que produjeron las falsas confesiones sumariales de los reos. En la sentencia del juicio de revisión, de 10 de julio de 1926 se estimó el recurso mencionado y se anuló la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Cuenca.
El procesamiento del médico que firmó el certificado (Baldomero Labarga), de tres guardias civiles (el teniente Gregorio Regidor, el sargento Juan Taboada y el guardia Telesforo Díaz) y del secretario judicial Manuel Rodríguez de Vera concluyó en un juicio en la Audiencia Provincial de Cuenca, el día 17 de mayo de 1935, pero se dictó sentencia absolutoria de los hechos imputados (falsedad, amenazas y coacciones).
Pues bien, además de los avatares del caso que dio lugar a la película, es digno de recordar los que sufrió la propia cinta, pues desde el Ministerio de Cultura, del que era titular Ricardo de la Cierva, se dio traslado del contenido a la jurisdicción militar por supuestas ofensas a la Guardia Civil y al Poder Judicial, lo que provocó el secuestro de la película durante más de año y medio y el procesamiento de Pilar Miró. Finalmente, la película se proyectó, con gran éxito, a partir de agosto de 1981.
En 2019 se estrenó el documental Regresa El Cepa, dirigido por Víctor Matellano, que aborda, con la participación de juristas, antiguos responsables institucionales, miembros del equipo y actores del reparto, como Mercedes Sampietro o Héctor Alterio, la influencia de la película.
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